Acabo de terminar de leer esa maravillosa guía de escenas. Porque a pesar de ser un libro sobre lugares, lo que Elvira Lindo describe con su magnífica prosa son instantes. Mi rincón de refugio de Nueva York se ha terminado y me resulta triste. Ya no habrá más rutas culinarias en las que reprimir (al menos un poquito) a ese niño gordo que todos llevamos dentro. Los locales de jazz ya no vibran más que a miles de kilómetros de aquí. Ya no habrá paseos por los márgenes del Hudson, ni jardines salvajes en pleno corazón de la ciudad. Los zapatos ya no se nos romperán de tanto caminar ni imaginaremos las vidas de los Lorca en épocas tan distintas. Nos olvidaremos de tantas biografías cruzadas, de tanta gente... Adoro a esa mujer. Me encanta su forma de ser, sus palabras y su forma tan clara y sensible de hablar sobre sí misma. Me gusta su relación con Antonio (Muñoz Molina) y su estilo de vida. Me gusta como se indigna con lo que resulta descabellado e ignorante y como lucha por sali...