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Mostrando entradas de diciembre, 2023

Diciembre en la casa Stahl

 Supongo que muchos estaréis escribiendo los propósitos de año nuevo en estos días de letargo. Desde que vivo en el extranjero, ese margen entre Navidad y Año Nuevo ya no lo es tanto, con jornadas maratonianas para exprimir el hecho de que en esta semana libre tienes que compensar los tres meses del otoño y los tantos de invierno que vienen con el nuevo año. Mi deseo fundamental para el 2024 es que sea un año tranquilo, o que, aunque todo lo que no depende de mí me lleve a un ritmo frenético, intente (y consiga) mantener una calma interior. ¡Todo un reto! El reto de una casa al mes surgió para motivarme a investigar en una tipología que me encanta, como es la arquitectura doméstica. Sin embargo, como habréis podido comprobar, muchas veces se me ha hecho bola. No porque no me guste o lo disfrute, sino porque este año he sentido que era o intentar robar ratos de descanso, o escribir aquí como si de una obligación se tratase. Quizá el 2O24 será un año de casas y no de casas al mes. Quiero

Noviembre en el nido de lectura

 El otoño es mi época del año preferida y sin embargo este año ha pasado de largo. Las incursiones en los bosques han sido sustituidas por jornadas de pantalla y catarros varios. El otoño ha pasado, pero no por mí, y los árboles de la avenida se desnudaron antes de tiempo, robándonos por adelantado el dorado de sus brazos hacia el cielo al que nos tenían tan acostumbrados. Sigo en meses de introspección y acabo deseando "encuevarme". Pero no me siento mal con respecto a esto. Muy al contrario, desearía abrazar este sentimiento, poder dejarme llevar por mi instinto animal, volverme oso y no volver a salir o a socializar, o a hacer cosas hasta que mi cuerpo me lo pida. Quizá la cueva sea algo muy extremo. Puede suceder que solo quiera una cama mullida, unas sábanas blancas y un edredón suave pero denso (que no pesado) de esos que te envuelven y te hacen sentir en una nube. Y ya que estamos, ¿por qué no tener vistas?.  Sí, eso, unas vistas a un bosque dorado, a un jardín bien po

Octubre en la casa EM8

Hubo una época en la que la modernidad y el mediterráneo tenían en común el pueblo de Cadaqués. En él se refugiaba la burguesía catalana y los arquitectos locales (y extranjeros) supieron explotar el encanto de lo vernáculo desde un punto de vista contemporáneo. Correa, Milá, Tusquets, Barba Corsini...diseñaron los mejores refugios, casas sencillas pero llenas de detalles que pasan desapercibidas entre la silueta de las casas de los pescadores.  ¿Cómo sería Cadaqués de no haber sido poblada temporalmente por la flor y la nata? Quizá no sería tan grande ni se congestionaría cada festivo, pero habríamos perdido la belleza de estas viviendas. Pienso en octubre, con su luz decadente y dorada. Oigo el vaivén del agua rompiendo en las calles del frente y el color azul del mar se difumina por momentos con el del cielo, mientras las corrientes hacen bailar los veleros fondeados. El blanco brillante de la cal brilla y se contrapone con el gris de las rocas, de los suelos, del terreno. Y si escu