En mi casa ver el Tour , caminar descalza por el jardín o estar todo el día con el olor a salitre en el cuerpo, son sinónimos de la palabra verano. Por eso hoy, mientras me llegaba la retransmisión de la etapa diaria, he recordado uno de esos libros de narrativa breve, cuya lectura es una delicia. Me refiero al primer libro de Philippe Delerm, "El primer trago de cerveza y otros pequeños placeres de la vida" . Y de eso trata, pequeños capítulos que recogen esas breves y tan necesarias situaciones cotidianas que sin saber porqué, son el germen de la dolce vita. Un prosa precisa que recoge la esencia de esos momentos y que consigue que el lector se sienta gratamente identificado. Por eso, si buscan una lectura fresca de esas que permiten leer o dormitar, de esas que van bien al sol en la playa o en la sombra bajo un árbol, no lo duden, disfruten de estos pequeños placeres que están a su alcance. ¡Buen fin de semana, y acuérdense de la crema solar! ...