En ocasiones, descubro un lugar en el que quedarme. Un rincón del que memorizar todos los detalles. La luz de un instante, el calor en la piel, la brisa que mece la ropa, el olor de los campos de alrededor, las sombras de la vegetación, el color de la piedra iluminada y el polvo de la tierra que pisas. A veces, lo recuerdo tan profundamente con el fin de poder volver a ese momento en cualquier situación. Cuando viajo, descubro muchos de esos lugares. Le Plateau des Antiques es el que me ha venido a la memoria hoy. A escasos metros de Glanum, las ruinas de una ciudad romana abandonada en el s.III, se encuentra este, pequeño de tamaño pero monumental de valor, conjunto arquitectónico formado por un arco triunfal y un mausoleo. Un rincón que mezcla todo el romanticismo de un espacio olvidado, con la historia y la vida lujosa de St. Rémy de Provence, en donde se encuentra. Abandonado por los turistas durante determinadas...