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Agosto en la casa de Tom Uren

Por más que me pese, agosto se ha convertido en el mes universal de las vacaciones, el único momento del año en el que el tiempo parece dilatarse con el calor, aunque al final resulte el mismo espejismo que las Navidades. Para muchos afortunados, es tiempo de visitar horizontes lejanos, y por ello la maleta de esta vez tiene por destino Balmain, uno de los barrios residenciales más prestigiosos de Sydney.

 

Tom Uren (1921-2015) nació en este mismo lugar cuando todavía era un modesto barrio de muchos descendientes de nativos de Cornualles. Sus aspiraciones de convertirse en boxeador se pararon cuando, como muchos coetáneos, se vio envuelto en la Segunda Guerra Mundial y acabó siendo prisionero en manos japonesas durante tres años, obligado a trabajar en la construcción del llamado ferrocarril de la muerte, el Burma Railway. Antes de ser liberado, presenció la devastación de Nagasaki tras la bomba nuclear. 

Liberado, de vuelta en Australia y ya casado con su esposa Patricia, creó una serie de centros comerciales para poder acceder económicamente a una carrera política. Desde 1957 a 1990 ocupará diferentes puestos en el gobierno australiano siendo líder adjunto del Partido Laborista Australiano, miembro en la Cámara de Representantes, Ministro de Desarrollo Urbano y Regional, Ministro de Territorios y Gobierno Local y Ministro de Gobierno Local y Servicios Administrativos. Sin embargo, las labores por las que más se le recuerda son la creación del movimiento de patrimonio y conservación en Australia y, en particular, su trabajo para preservar el patrimonio de Sydney, así como su defensa del medio ambiente, la paz y la justicia social.

En los años ochenta, Tom Uren le encarga una casa a Richard Leplastrier, uno de los arquitectos más influyentes internacionalmente de Australia. Sin muchas obras construidas, pero con muchas galardonadas, estudió arquitectura en la Universidad de Sídney, donde sus primeros mentores fueron el artista Lloyd Rees y Jorn Utzon, para quien trabajó en la Ópera de Sídney. Durante varios años estudió y trabajó en Japón, sobre todo en la oficina de Kenzo Tange, lo que se observa en la influencia nipona en muchas de sus obras. En 1999, Leplastrier recibió la Medalla de Oro del Real Instituto Australiano de Arquitectos, y en 2009 fue galardonado con el Premio de Honor de la Fundación Dreyer por su compromiso con la sostenibilidad, describiendo su arquitectura como una oda a la naturaleza. 

La casa Uren se situa en un callejón sin salida aislado en Balmain East, cerca del agua y con vistas al puerto y a los parques, siguiendo el ejemplo de los edificios industriales cercanos a la costa. La casa de madera se instala de forma rotunda pero ligera, flotante, recupera muchos elementos de madera de pino de Tasmania, siguiendo la tradición local. Al igual que sus otras obras, es tranquila, algo que mencionan muchos críticos especializados.

Es un linterna de techo altos, con una planta cuadrada creando un gran espacio central, una sala de reuniones que distribuye los dormitorios en las esquinas. Un espacio en el que Urden recibió las visitas diplomáticas de muchos primeros ministros y embajadores. Esos techos altos y el carácter formal no estaban reñidos con la escala doméstica, ya que al parecer Uren disfrutaba sentado en la mesa de la cocina, un lugar que, en invierno, recibe sol todo el día. Curiosamente, desde aquí, y desde el balcón en este lado norte de la casa, la vista es de Balls Head, un área de tierra que fue comprada por el primer ministro laborista Jack Lang en 1926 para la gente de Nueva Gales del Sur. Igualmente, una sala de estar en el lado sur, bajo una porción inferior del techo y con vistas al jardín de la selva tropical, se siente bastante íntimo en escala. La segunda  esposa de Uren, Christine, hablaba sobre el contraste entre los diferentes espacios de la casa, de la sensación de privacidad en las habitaciones que dan al jardín, a la luz y la apertura de la sala principal.

Si bien la madera es el material predominante, una gran despensa y una chimenea de gran tamaño en el centro de la casa están hechas de ladrillos procedentes de las fábricas de ladrillos del Estado en Homebush. Según Leplastrier, los ladrillos dan fuerza a la casa.

Unos años después de la construcción de la casa, se encargó a Leplastrier que añadiera un estudio lejos de la casa así como un baño adicional. La adición es una estructura de madera de dos pisos ubicada entre los árboles en el jardín del patio, con un baño en la planta baja, estudio o dormitorio adicional en el piso superior. 

Esta casa es un ejemplo maestro de saber hacer mucho con poco, un minimalismo que resulta acogedor gracias a los materiales, mientras es depurado en la forma. Además, no dejo de imaginarme las casas coloniales de la Nueva Gales con sus corredores porticados, y el salón con sus detalles estructurales en madera me recuerdan a las casas de Charles Moore y sus habitáculos.

Creo que esta casa, se disfruta a sorbitos, y no es difícil imaginarse este mes de agosto sentado en cualquier rincón de ella, con los ventanales abiertos, el ruido del puerto y de la vida a lo lejos, y la brisa atravesando el espacio.

Si necesitan algo, avísenme en septiembre.

¡Felices vacaciones!

L.












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