No suelo escribir sobre estos temas. Es cierto que en mis opiniones, en las noticias compartidas y en mis círculos más íntimos comparto libremente mi pensamiento, pero la realidad es que no suelo sumergirme tan activamente en muchos temas candentes. Sin embargo creo que es hora de dejar muchas cosas claras, de organizar ideas, no olvidar y sobre todo, exigir. Desde el pasado lunes 25 los periódicos, las calles de EEUU y nuestras redes sociales se han llenado con protestas, peticiones y sobre todo, con retratos de Big Floyd. George Floyd era un padre de familia, un amante del baloncesto, una persona cariñosa y dulce según sus seres cercanos. Trabajaba como vigilante de seguridad y estaba involucrado en su comunidad. Un hombre normal, como tantos otros que pueblan el mundo. Pero nada de eso importa, porque tenía una característica especial, era negro. Afroamericano, que dirían los correctores políticos. Este caso ha vuelto a prender las llamas en la población de los estados libres, bril...