En mayo la luz lo empieza a inundar todo y si bien este año en concreto no ha sido un mes memorable, sí que me gusta cómo los días tienen un equilibrio llevadero de horas de luz. He estado de allá para acá, con miedo al aumento y frenesí de nuestras jornadas acompañando al tiempo, y no mentiré, me cuesta hasta escribir. Lo que sí está claro es que si pudiese haberme refugiado una buena temporada lejos del mundanal ruido, muy lejos, lo habría hecho aquí.
¿Una casa pabellón rodeada de vegetación y frente al mar? ¿Dónde hay que firmar?
Halldor Gunnlogsson, un desconocido mío hasta ahora, fue un arquitecto danés discípulo de Rasmussen y compañero de Jorn Utzon, que ejerció la arquitectura en Copenhague y también en el extranjero. Fue profesor de construcción y decano de la Escuela de Arquitectura de la Real Academia Danesa de Bellas Artes de Copenhague, pero también lo fue en el Massachusetts Institute of Technology en los Estados Unidos en la década de los 60.
Gunnløgsson fue una de las principales figuras de la arquitectura moderna danesa (¡qué ignorante soy!) y aunque sus proyectos se desarrollaron especialmente en el ámbito de la viviendas, también realizó interesantes proyectos institucionales como ayuntamientos, un ministerio o museos. De sus viajes se trajo una estética muy refinada pero sencilla, con un empleo muy coherente de los materiales y cierta sobriedad generalizada que le da mucha calma a sus proyectos. Quizá esto sea muy nórdico y no seamos conscientes por aquí.
Lo que es indiscutible es que su casa pensada para él y su esposa en la ciudad de Rungsted (1958) me transmite una serenidad que anhelo estos días. Su sala frente a Øresund transmite una paz probablemente conseguida, por un lado, por la escala y el básico programa (solo dos habitaciones) y por otro, por la continuidad espacial y su minimalismo.
El modesto diseño interior, las pantallas corredera, el suelo de pizarra o la combinación del falso techo alistonado con la madera pintada en negro me parecen detalles elegantes que demuestran lo mucho y la selección de materiales naturales y refinados son una indicación de que con poco se puede hacer mucho.
Además, el diseñador Poul Kjaeholm, amigo cercano de Gunnlogsson, les suministró todos los muebles, diseños suyos, que parecen planteados ex profeso, aportando calidad y detalle a la casa.
Espero que os guste,
L,
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