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La piel en las manos

 “La armonía nace cuando descubrimos la manera más directa de abordar cada material en función de su naturaleza”

1. Trewyn Studio en St Ives, tal y como sobrevivió a la artista

Las esculturas de Barbara Hepworth tienen piel, una tallada a golpe de martillo y cincel pero que sin embargo se nos antoja sedosa y fina en las manos. Las de Barbara aprendieron la talla directa con Ardini y los marmolistas de Carrara en 1925, cuando con tan solo 22 años se instala en Italia. 

Tras haber estudiado en la Escuela de Bellas Artes de Leeds y posteriormente en el Royal College of Art de Londres su extraordinario talento la llevó a competir por el Prix de Rome, una beca en Italia. Rechazada, consiguió la West Riding Scholarship viajando a Florencia, Siena y Roma, donde conoce y se casa con el escultor que sí había conseguido esa beca, John Skeaping, De Italia a Londres, su sentido de la profesión le lleva a tomar la decisión de trabajar aún teniendo un recién nacido que cuidar. Barbara será una escultora que, al contrario que muchas artistas predecesoras o coetáneas, no elegirá entre la vida profesional y la personal. Vivirá ambas rápidamente, como si tuviese miedo de que le arrebatasen alguna ellas.

2. Mother and child, 1927

3. Mother and child, 1934
Tanto será así que cuando en 1939 se refugia e instala en St Ives, Cornoalles, huyendo de la bombardeada Londres, tiene 36 años. Con esa edad ya ha vivido su primera época de creación intensa, un divorcio, el contacto con grandes creadores de su época y de todos los tiempos como Picasso, Braque, Arup, Brancusi, Mondrian, Kandinsky… un romance con el pintor Ben Nicholson, viajes, la creación de una nueva familia con trillizos, y la pérdida bajo las bombas del taller 7 The Mall en Parkhill Road que ambos compartían en Londres. También es la única mujer escultora incluida en el recién bautizado Movimiento Moderno. Con apenas dinero y una familia de seis, la pareja de artistas tendrá una época prolífica fruto simplemente de la necesidad de salir adelante, pero que en el caso de Hepworth la conducirá a un éxito desconocido durante la posguerra.

Es la modernidad de sus esculturas geométricas de los 30, lo que la catapultará al éxito en la siguiente década, y posteriormente, le permitirá recibir encargos públicos. Su obra se expone  en el pabellón de Gran Bretaña en la Bienal de Venecia de 1950 y en 1959 gana el Premio en la Bienal de Sao Paulo, obteniendo el reconocimiento internacional.

4. Conoid, Sphere and Hollow III, 1937
Al revés de lo que podría parecer por sus crecientes encargos y fama, vivirá y trabajará desde entonces sola en St Ives, junto al mar, creando piezas para Naciones Unidas, Pepsi, grandes almacenes londinenses o coleccionistas privados de todo el mundo. El bautizado Trewyn Studio de St Ives, se ampliará con el Palais de la Danse, un antiguo cine y estudio de danza colindante llenándose de nuevas proyectos con diferentes materiales y etapas. De su época figurativa y en piedra, a las formas biomórficas en madera, del color y la tensión de las cuerdas a las esculturas de gran escala en bronce verde que desde entonces se funden con la vegetación del jardín. Barbara Hepworth será celosa de su obra y vida, y controlará su imagen pública sabiéndose un personaje mediático como una artista anterior a su tiempo.

Cuando uno investiga sobre la vida y obra de Hepworth es difícil no percatarse de que ésta se relaciona siempre con los hombre que la rodearon. En su biografía se cita con frecuencia a Henri Moore compañero de estudios en Leeds y Londres, con una trayectoria paralela, y finalmente amigo; a John Skeaping, escultor y su primer marido; a Herbert Read, el primer crítico de arte en prestarle atención, amigo durante toda su vida y mecenas; a Ben Nicholson, pintor y su segundo marido quien le influirá en el uso del color en sus esculturas; o incluso Bernard Leach, famoso ceramista que será su vecino en St. Ives. Sin embargo me parece merecedor de atención cómo su espíritu y energía como creadora fueron capaces de abrirle las puertas a un mundo de hombres en y desde una época tan temprana cuando la escultura no se consideraba un arte para mujeres y mucho menos una fuente de ingresos.

Su obra diversa y variada, prolífica e ininterrumpida en el tiempo se empapa de su defensa de la estrecha relación de la técnica y el material, de su búsqueda continúa del marco de la naturaleza, de su idea de religiosidad como algo relacionado con el entorno y los ancestros. Trabajará codo con codo con los arquitectos en aquellas esculturas que irán sobre edificios, realizará collages para estudiar el lugar de emplazamiento de sus obras e incluso controlará las horas en las que se filman o fotografían sus esculturas demostrando un compromiso férreo por preservar la esencia de los lugares.

“No puedes mirar una escultura si no te mueves, si no la experimentas desde todos los lugares, si no ves cómo entra la luz o cambia el énfasis”

5. Pelagos, Elm wood with colour and strings, 1946


6. Sculpture with Colour and Strings, Bronze, 1939-1961

Debo reconocer mi vergüenza por haber descubierto hace poco la vida y obra de Barbara Hepworth. A pesar de haber podido cruzarme con sus esculturas durante muchos años en museos o libros, su nombre ni siquiera resonaba en mi cabeza. Quizá si yo fuese inglesa o ella española habría podido reconocerla antes, pero su tardío descubrimiento me ha conducido a una febril investigación que hace años no hubiese querido llevar a cabo ni puede que tampoco me habría animado a escribir estas líneas. Veo sus obras, y sin ser experta pienso en tantos otros escultores que vendrán y beberán de su experiencia. Recuerdo las magníficas obras de mi querido Navascués y no puedo evitar encontrar la semejanza. La veo trabajar, congelada para siempre en sus películas, e imagino la fuerza de sus manos rodeando el brusco percutor. Se me presenta eternamente joven dentro de un cuerpo que sin embargo es ya el de una señora mayor, subida a los andamios y lijando las esculturas. Siento el tacto sedoso de sus manos en las esculturas, o quizá justo al revés, la piel de sus pulidas esculturas acariciando sus manos.

7. Fotogramas de "Moment", una película de Gregory Markopoulos

Barbara Hepworth falleció una noche durante el incendio accidental de su taller en 1975. Tenía cáncer y artritis. Había sobrevivido a la trágica muerte de su primogénito hacía décadas, seguía esculpiendo a mano aunque ya no era ella quien se subía a los andamios o daba forma final a sus piezas, disfrutaba enormemente de los descubrimientos de sus nietos y tenía un jardín lleno de esculturas. Jardín que se puede visitar tal cual lo dejó.

8. Jardín de la casa museo de Hepworth

9.Garden Sculpture (Model for Meridian), 1958

10. Hepworth trabajando en Curved Form (Bryher II) en el Palais de Danse, 1961

11. Collages de trabajo de Hepworth

12. Instalación de "Winged Figure”, 1961-2 en Holles Street, Londres

13. Montaje de Jorge Lewinski con Barbara Hepworth y sus esculturas, 1963

14. Fotografía personales de Hepworth en un sitio especial del que ya he hablado aquí


Películas documentales:


Figures in a Landscape de Dudley Shaw Ashton en 1952, narrado por el poeta Cecil Day Lewis ( padre, por cierto, del magnífico actor Daniel Day-Lewis), una bonita película sobre la relación de la escultora con el medio que se convirtió en su inspiración, taller y hogar.
Figures in a Landscape

Barbara Hepworth es una película de John Read encargada por la BBC en 1961 para celebrar la obra de una de las mejores artistas británicas. Narrado por Bernard Miles es un documento fantástico en el que disfrutar de la energía de la escultora, de verla trabajando en su entorno, de buscar la inspiración así como de escuchar sus propias ideas sobre su trabajo, el arte y la naturaleza. Ahora que está tan de moda relajarse con grabaciones de gente haciendo manualidades, basta decir que este documento ya histórico refleja mucho de eso.

 
 Barbara Hepworth 

Moment, 1970 es una pequeña película de Gregory Markopoulos, pionero del New American Cinema, una rareza rodada en 16mm en donde se nos muestra a una ya mayor Hepworth fuera del contexto habitual.
 

Fotografías:

1. Trewyn Studio en St Ives. Fotografía de Sand and Stones
2. Mother and child, 1927. Fotografía propiedad de la Tate.
3. Mother and child, 1934. Fotografía propiedad de la Tate.
4. Conoid, Sphere and Hollow III, 1937. Fotografía propiedad de la Tate.
5. Pelagos, Elm wood with colour and strings, 1946. Fotografía propiedad de la Tate.
6. Sculpture with Colour and Strings, Bronze, 1939-1961. Fotografía propiedad de la Tate.
7. Pictures from "Moment", a Gregory Markopoulos's film.
8. Jardín de la casa museo de Hepworth. Fotografía propiedad de la Tate.
9. Garden Sculpture (Model for Meridian), 1958. Fotografía propiedad de la Tate.
10. Hepworth trabajando en Curved Form (Bryher II) en el Palais de Danse, 1961.
11. Collages de trabajo de Hepworth. Fotografía propiedad de la Tate.
12. Instalación de "Winged Figure”, 1961-2 en Holles Street, Londres. Fotografía de John Lewis Partnership Archives.
13. Montaje de Jorge Lewinski con Barbara Hepworth y sus esculturas, 1963. Fotografía de mutual art
14. Fotografía de When Elephants Dream

Para más información:

Barbara Hepworth Estate



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